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Formación en la Familia ACI

Elaborar un plan de formación de la Familia ACI responde al deseo y la necesidad de tener pautas y aspectos a profundizar, que sean comunes y que nos ayuden a ahondar en el carisma de las fundadoras y así conocer más a Jesús para más amarlo y seguirlo.

El plan de Formación abarcará aspectos de contenidos, de celebración y de compromiso en la misión. Ha de tener objetivos amplios que den cabida a todos los grupos de la Familia ACI, que respete la diversidad, fortalezca los lazos de unión y el carácter universal que nos identifica.

En este camino de formación es importante acercarnos al mundo roto, a la pobreza, al sufrimiento… y crecer en amor, en humildad, en alegría, en generosidad, en entrega, en sacrificio… convencidos de que todo esto es posible en nuestro día a día, pues así nos lo enseñó Rafaela María, que dejó a Dios ser Dios y encontró en la Eucaristía la fuerza para vivirlo.

Proceso de Formación

En el proceso de formación se partirá y se respetará el momento de cada persona y grupo, saliendo a su encuentro allí donde está. En esta Familia cada uno entra como es y desde su grupo va haciéndose hermano/a con otros muchos/as.

Queremos tener en cuenta la formación en las siguientes áreas:

  • humana,
  • cristiana,
  • bíblica,
  • eclesial,
  • Carisma aci,
  • política y social,
  • ecológica, etc.

Deseamos profundizar en:

  • El conocimiento de uno mismo.
  • Relaciones interpersonales.
  • Nuestra vocación a una humanidad plena y solidaria.
  • Nuestra vocación laical y compromiso bautismal.
  • La Palabra de Dios.
  • Nuestra pertenencia humilde y en colaboración con la Iglesia local.
  • Conocimiento de los documentos eclesiales.
  • La herencia de Rafaela María, dándole voz en su historia y sus escritos:
    • Cómo descubrió ella el seguimiento de Jesús pobre y humilde.
    • Cómo quiso responder al Amor de Dios a través de la Reparación.
    • Cómo Cristo en la Eucaristía se hizo el centro de su vida.
  • El lugar vital que la Eucaristía celebrada, adorada y vivida puede tener en nuestra ajetreada vida cotidiana.
  • La riqueza que encierra la espiritualidad ignaciana como camino para encontrar a Dios en todas las cosas y trabajar por el “bien que cuanto más universal, más divino”.
  • La misión y obras concretas del Instituto de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús en su búsqueda “con toda el alma” para extender el carisma de Santa Rafaela María allí donde está “la necesidad más urgente”.
  • La dimensión universal de la Familia ACI.
  • La doctrina social de la Iglesia.
  • El compromiso con los pobres.
  • Tomar conciencia de la responsabilidad en el cuidado de la Creación.

Queremos ser constantes en:

  • Reunirnos periódicamente a nivel local.
  • Vivir la comunión, la alegría, el amor entregado, la paz… la Reparación en nuestra vida cotidiana: familia, trabajo, profesión…
  • Cuidar la relación personal con Jesucristo en la oración.
  • Participar en la Eucaristía e invitar a otros a hacer lo mismo.
  • Adorar a Jesús en la Eucaristía porque ahí aprendemos a adorarle en el hermano roto.
  • Organizar y participar en jornadas de convivencias, oración, retiros, Ejercicios Espirituales.
  • Nuestra formación integral.
  • Tener proyectos de misión solidaria a nivel local y universal que nos unen en la lucha y reconstrucción de un mundo mejor.

Es importante el compromiso de cada miembro, de cada grupo de la Familia ACI, desde las distintas realidades. Todos podemos colaborar con nuestro servicio, nuestro aporte económico…

FORMATION IN THE ACI FAMILY – English